A veces no sabemos lo que nos perdemos.

De repente, se encontraron en el mismo lugar. Un pequeño local lleno de gente bailando, bebiendo y cantando.

Se saludaron y hablaron un poco.

Entonces ella reflexionó y le dijo a él.

+Por qué está todo el mundo aquí medio borracho, bailando para provocar o intentado ligar como si de un insulto a los románticos se tratase, mientras que a tan solo cruzar una calle tenemos una de las playas más bonitas?

-No lo se, supongo que la gente viene precisamente a eso.

+Sabes? Ahora mismo nos estaremos perdiendo el sonido de las olas, las estrellas y el amanecer. Cosas increíbles y naturales, por... esto.

-Dame la mano.- La cogió, la llevo hasta la puerta y salieron.

+Cuando crucemos quiero que cierres los ojos, y no los abras hasta que yo te diga.-Le dijo ella.

Cruzaron la carretera y llegaron hasta el principio de la arena. De vez en cuando ella le miraba para ver si seguía con los ojos cerrados. Caminaron hasta una distancia de 4 metros a la orilla. Y le dijo que se tumbara sin abrir lo ojos.

Se tumbaron los dos boca arriba y ella le dijo:

+Escucha el sonido de las olas, la marea.-pasaron unos segundos y añadió.- Ahora poco a poco abre los ojos y contempla las estrellas y la luna.

Él hizo como ella le había pedido, y sonrió.

-Tienes razón, es increible,impresionante. No saben lo que se pierden,pero aunque estuvieran no lo verían igual que yo..

+Como que no?Por que?

-Porque yo estoy aquí, viéndolo, oyéndolo, contigo.- Ella sonrió de la forma más sincera., y de nuevo él le habló.- Pero sabes algo más? No me hace ninguna falta mirar hacia ningun sitio ni escuchar nada para sentirme así,como me siento ahora. Porque para mi el universo es pequeño en comparación del que existe en sus ojos.

Y ella lo besó. Fue el beso con más pasión que nunca dio.